Núria Sánchez es diplomada en Magisterio de Educación Infantil y Educación Primaria, en Psicopedagogía y actualmente formándose como Terapeuta Gestalt. Con una experiencia amplia como tutora en las dos etapas educativas: Infantil y Primaria, y como maestra de Educación Especial en centros educativos de Cataluña y en sistemas educativos de Londres, Inglaterra.
Núria, gracias por acompañarnos, ¿Qué nos puedes decir de la emoción? ¿Cómo se vive durante el juego?
El juego es una de las vías para estimular emociones positivas. Jugando, los niños comparten experiencias únicas llenas de emociones que enriquecen su propio desarrollo emocional.
No sólo se trata de jugar y de divertirse sino que durante esta actividad, ellos mismos empiezan a crear su propia inteligencia emocional. Éste término tan popular, lo definió Daniel Goleman en el libro llamado Emotional Intelligence (1995). Para Goleman la inteligencia emocional tiene que ver principalmente con cinco puntos relevantes: conocer las propias emociones, manejar las emociones, motivarse a sí mismo, reconocer las emociones de los demás y establecer relaciones.
Por lo tanto, podemos ver cómo es de importante jugar en la vida de un niño, entrar en contacto con las emociones, y qué mejor manera si es mediante el juego.
En la etapa de la educación infantil hay grandes recursos a los cuales podemos recurrir para fomentar las emociones: serían el juego, la música, el baile, los cuentos y los títeres. Éstos son capaces de ayudar a trabajar la educación emocional. Durante el juego se manifiesta la interacción y la expresión libre de los sentimientos y las emociones.
Has podido interactuar con nuestros juguetes de madera, sus características y aplicaciones. ¿En qué medida crees que les pueden aportar valores positivos?
Trígonos es una oportunidad óptima para estimular la creatividad, la curiosidad, la concentración, como también para mejorar el estado de ánimo.
Son aspectos muy importantes; si los revisamos uno a uno podemos ver que tienen una gran implicación en nuestro día a día, tanto en niños como en adultos:
– Creatividad: es la capacidad y/o habilidad de generar nuevas ideas.
– Curiosidad: es un instinto natural del ser humano, que lleva a explorar, a investigar y sobretodo a aprender.
– Concentración: es realmente importante para el proceso de aprendizaje, porque centra toda la atención en algo concreto y esto facilita y/o ayuda a adquirir nuevos conocimientos.
¿Qué emoción sienten cuando experimentan con un juego imaginativo?
Sienten deseo, es decir se crea un impulso que les permite mover a poder hacer o construir aquello que realmente quieren. A veces, como todos los juegos, puede que consigan aquello que desean o no, y si lo consiguen se sienten satisfechos y encuentran el placer de jugar con ello. ¿Por qué existe esta satisfacción? La satisfacción viene porque el deseo se ha llegado a cumplir. Y el placer es la satisfacción y alegría producidas por algo que nos gusta mucho.
Entonces, el juego aporta muchos beneficios e incluso podríamos decir que completa sus necesidades emocionales, Pero, ¿de qué forma les ayuda a aprender?
Las emociones acompañan de manera intrínseca al juego, y éstas pueden ser positivas y/o negativas. Cabe decir y resaltar que sentirlas todas es bueno.
El niño debe aprender, y se dará cuenta que no siempre se consigue lo que uno quiere. Como en la vida adulta, hay que luchar por todo lo que queremos, y si no hay esfuerzo, dedicación y atención a lo que uno hace, posiblemente cueste adquirir aquello que anhelamos. Y el dedicar un esfuerzo grande sin conseguir una recompensa será porque necesitamos encaminarnos en otra dirección y con ayuda.
En el caso de los juguetes tradicionales Trígonos, es necesario cierto grado de concentración y dedicación. Así los niños dedican un tiempo a trazar un objetivo (a nivel de construcción e imaginación) y a realizar las acciones necesarias para alcanzarlo. Esta es la clave para aprender.
Has podido trabajar con niños en diferentes centros educativos de España y de Inglaterra. Según tu experiencia, ¿se juega suficiente en las aulas?
Depende de la etapa… He podido comprobar que en la etapa infantil el juego es la fuente de aprendizaje. Este hecho es realmente relevante, porque a través de la exploración, experimentación y creación el niño construye su identidad, su desarrollo emocional, relacional, educativo…
En cambio, durante la primaria, el juego queda en segundo plano. Aunque están habiendo cambios, aún se focaliza el desarrollo del aprendizaje de manera más estructural, pautada, cuadriculada, y no tan espontánea. Aquí es donde viene el error de la enseñanza, porque tal y como está la sociedad de hoy en día, con necesidad de movimiento, de no parar, de querer las cosas de manera inmediata, todo esto produce una falta de atención y una constante necesidad de conseguir todo lo que queremos rápidamente. Vivir así es agotador y estresante, y los niños captan esta manera de vivir y lo reflejan en su día a día como también en el aula.
Así pues, no podemos pretender que los niños aprendan sentados en una silla y a base de libros, fichas, deberes, y de que aprendan todo rápido, porque no están preparados para eso. Necesitan manipular, crear, compartir, sentir, en definitiva, deben ser ellos los protagonistas del proceso de enseñanza – aprendizaje.
¿Qué quiero decir con este proceso? El niño es quien tiene que llegar al aprendizaje a través de una práctica como puede ser el juego, ver películas, salir del entorno escolar y trabajar los contenidos curriculares de manera vivencial. En este sentido, todavía queda mucho por hacer, aunque ya hay colegios que están apostando por una enseñanza más creativa y lúdica, estamos en camino del cambio.
Gracias Núria Sánchez por tus conocimientos y tu interesante visión de la emoción durante el juego.