1- Núria, según tu experiencia, ¿Qué crees que es mejor: que jueguen solos, con amigos o con padres?
Bajo mi punto de vista, creo que no hay nada mejor ni peor. Lo que sí me gusta observar es cómo está el niño durante la actividad, si quiere o necesita acercarse a un adulto, a su igual o si juega de forma autónoma.
Es importante ofrecerle libertad y espacio para que escoja y decida la fórmula de juego que es mejor para él en función del momento en el que se encuentre.
Desde mi experiencia el niño es él mismo, en esencia, sobre todo cuando juega solo o con los padres. Es el entorno más íntimo y en el que se muestra de forma más auténtica y natural.
En cambio, cuando juega con sus iguales o con niños mayores, tiende a alterar su comportamiento, se expresa de una manera distinta para poder agradar a los demás. Se podría incluso decir que es capaz de cambiar su personalidad para así satisfacer al otro.
2- ¿Es malo que un niño quiera jugar siempre solo (o acompañado)? ¿Qué debemos leer de este comportamiento?
Si vemos que siempre está jugando solo le podemos invitar a que juegue con nosotros, pero la mayoría de ellos van alternando la manera de jugar. Con esto de alternar me refiero que cuando quieren compartir una experiencia con alguien harán lo posible para que así suceda. También pasa lo mismo cuando quieren estar solos, ellos ya se preocupan de encontrar su espacio y su sitio para disfrutar de ellos mismos.
Cabe decir que cuando observamos que un niño cada día y durante un largo tiempo quiere jugar solo, y no se relaciona con los otros compañeros ni con el adulto deberíamos acudir a un psicopedagogo e informar sobre el caso. Lo más probable es que se trate de un niño con algún trastorno del espectro autista (TEA).
3- ¿Y los padres: Cómo es adecuado que se comporten? ¿Es mejor proponer un juego o no?
Es mejor dejar a los niños que sean los arquitectos de su propia vida, facilitándoles el espacio, el tiempo, el material y el ambiente adecuado para que puedan imaginar, crear y construir con toda libertad.
4- A veces no consiguen resolver un juego, “pierden” en competiciones o fallan en alguna acción durante el juego… ¿Cómo aconsejas reaccionar ante esta frustración?
Es importante prestar atención y comprensión ante esa frustración. Atendiéndoles con lo que le pasa en el momento sin juicios ni expectativas. Comprendiendo cualquier emoción que sienten, hay que darles espacio para que expresen todo tipo de sentimiento, para que así nunca repriman esas emociones que no están tan valoradas como las positivas.
Una vez ellos hayan pasado por la frustración y hayan exteriorizado lo que sienten (al cabo de unas horas, ya que si no les estamos cortando la emoción que sienten), es relevante explicarles la importancia de que cuando uno participa en algo, la meta no debería ser el objetivo. Debemos abrirles los ojos y que así puedan valorar lo que hacen.
¿Cómo les podemos ayudar a percibir la derrota como un suceso “indiferente”? Nos podemos apoyar en historias, películas, cuentos o actividades que muestren que la enseñanza de intentarlo es lo relevante.
5- ¿Cómo pueden los padres apoyarse en Trígonos para lidiar con la frustración?
Uno de los grandes beneficios de Trígonos es su gran creatividad. Gracias a ello, si el niño se equivoca tiene la oportunidad de volver a crear. Este gran juguete de madera nos permite llegar a construir aquello que quizás ellos mismos nunca se hubieran parado a pensar. Con Trígonos el mundo de la fantasía existe.
6- ¿Crees que es importante el espacio y el tiempo de juego?
Sí, por supuesto. Es importante proporcionarles un buen espacio sin elementos distractores, de dimensiones suficientes para moverse sin dañarse, que sea agradable, en definitiva, un espacio que les invite a poder hacer, ser y estar presentes con lo que hacen.
7- ¿Les podemos enseñar a cómo tratar un juguete?
Ya desde pequeños ellos perciben cómo tratamos los objetos que tenemos en casa: Si lo hacemos de una manera cuidadosa, si cuando algo está sucio o roto lo reparamos, etc. Podemos enseñar el valor de cuidar los objetos pidiéndoles ayuda a la hora de limpiar y/o reparar los objetos del hogar.
Además, podemos dar las gracias por todo lo que llegamos a tener, se lo decimos a ellos, o en voz alta o a un adulto para que así lo puedan oír. De esta manera les estamos demostrando la importancia de cuidar, respetar y apreciar todo lo que está a nuestro alcance.
8- ¿Para acabar, es bueno que los padres participen en el juego?
Sí que es bueno, crean otro tipo de vínculo con sus hijos, donde la diversión, la espontaneidad, la imaginación y el compartir surge entre ellos.
Muchas gracias Núria por tu colaboración en nuestro blog.
